En The Lighthouse, Robert Pattinson interpreta a un farero taciturno y que se masturba, todo en un día de trabajo para el protagonista más abandonado de Hollywood, como le dice a Nicholas Barber.
The Lighthouse es un delirante drama de terror en blanco y negro sobre dos fareros del siglo XIX que se defienden de las gaviotas, las sirenas y su propia locura alimentada por el ron en una pequeña isla frente a la costa de Nueva Inglaterra. Para decirlo de otra manera, es una película típica de Robert Pattinson. Hace poco más de una década, el actor británico saltó al estrellato al interpretar a un vampiro de piel brillante y mandíbula prominente en la serie Twilight. Antes de eso, agitó los corazones jóvenes como el miembro de Hufflepuff, Cedric Diggory, en Harry Potter y El Cáliz de Fuego.
Pero desde entonces, Pattinson rechazó los roles pin-up y las franquicias de mega-presupuesto en favor de las películas indie experimentales más extrañas posibles. Ya sea que le examinen la próstata en la parte trasera de una limusina futurista en la adaptación de Don DeLillo de David Cronenberg, Cosmópolis, o que se pierda en el espacio con una científica loca obsesionada con el sexo en High Life de Claire Denis, o explote a una adolescente y a su propio hermano discapacitado en la farsa del crimen sleazeball de los hermanos Safdie, Good Time, él gravita, en sus palabras, hacia "cosas que son un poco perversas y un poco locas".
Es tentador sentir lástima por los agentes de Pattinson, que deben haber pasado la última década rogándole que interpretara a un personaje tartamudo en una comedia romántica o un agente secreto suave en una película de espías, cualquier cosa, realmente, excepto un farero taciturno, que se masturba, y que se salpica aguas residuales. Pero Pattinson se ríe de la idea. "Creo que supieron sobre mi gusto desde el principio. Mi agente siempre dice que si les gusta un guión y si el personaje es de alguna manera normal, quieren editarlo antes de dármelo para que la primera descripción del personaje sea "John, 31 años, psicópata".
Pattinson, de 33 años, no parece tan psicópata en persona, cuando nos encontramos una tarde de diciembre. Vestido todo de negro, desde sus zapatos hasta su gorra de béisbol al revés, el actor anteriormente conocido como R-Patz se posa en el borde de un sofá bajo en una habitación de hotel de Londres, con esa famosa barbilla apoyada en su mano, y se lanza a elaboradas anécdotas y teorías con una apertura desarmadora, un humor poco convencional y un muy alegre autodesprecio de la escuela pública inglesa (ver también: Olivia Colman, Hughs Grant y Laurie).
Después de todo, sus audaces elecciones posteriores a Twilight, insiste, no fueron tan audaces: intentar llegar a la cima de la lista A de Hollywood hubiera sido "mucho más peligroso" que ir por el camino independiente. "Podes ver muchos ejemplos de que eso realmente no funciona para la gente", dice, sin dar nombres, "así que pensé que sería una idea tonta intentar hacer una película de acción masiva o algo así". También era consciente de que su estatus de celebridad estratosférica podría caer en picada a la Tierra en cualquier momento. "Siempre pienso que, sea cual sea la película que estés haciendo, existe la posibilidad de que sea la última película que hagas, por lo que no quiero terminar mi carrera en una película "de transición"".
Un poderoso intérprete de arthouse
En cambio, se dedicó al tipo de películas desafiantes que le gustan ver a él. "Cuando comencé a entrar en el cine, las películas de las que compraría DVD serían cosas un poco oscuras de Cannes o lo que sea. Y creo que... no quiero sentir que alguien está tratando de entretenerme. Es como si vas a una fiesta y hay alguien ahí que solo está tratando de entretener a todos. Podes reírte de él, pero sabes que en realidad es solo una persona desechable, sin sentido y sin profundidad". Sonríe por lo cruel que suena esto, y continúa de todos modos. "Pero si alguien es muy 'el mismo' y tiene un punto de vista intrigante e independiente, entonces es una persona interesante para conversar. Solo miro las películas de la misma manera".
Este punto de vista convirtió a Pattinson en la estrella del mencionado Cannes, entre otros festivales internacionales de cine. Año tras año, pasea por la alfombra roja en estos eventos para promocionar dramas que probablemente no se habrían financiado sin él. "Definitivamente estoy del lado de tratar de llevar películas indies a los cines y hacer que alguien las vea", dice. "Creo que si todos los cineastas oscuros estuvieran completamente ahogados por los conglomerados, eso sería algo horrible".
Él contactó a Robert Eggers, el guionista y director de The Lighthouse, después de ver su debut sobrenatural, The Witch. "A pesar de que era su primera película, se podía ver lo ambicioso que era", dice. "Era tan detallado, denso y académico, pero también realmente aterrador, y se podía ver que podía hacer mucho con un bajo presupuesto". Eggers y Pattinson pronto discutieron posibles colaboraciones, pero Eggers siguió empujándolo a el tipo de papel inglés aristocrático que había estado tan decidido a evitar. "Le dije al final de una de nuestras reuniones: 'Solo quiero hacer cosas que son realmente, realmente, realmente locas'. Pensó un momento y dijo: 'Estuve escribiendo esto con mi hermano, y si esto no es lo suficientemente loco, ¡no sé lo que es!"
The Lighthouse es sin duda lo suficientemente loca. Con su arcaico lenguaje náutico, sus visuales claroscuras y su trama alucinante, la aterradora pero sorprendentemente divertida choza gótica del mar de Eggers es tan difícil de categorizar que incluso el staff de su distribuidora, A24, llevaría a Pattinson aparte durante la producción y le advertiría que podría no encontrar una audiencia. Pero, The Lighthouse no recibió más que efusivas críticas cuando debutó en Cannes el pasado mes de mayo, y el público y la crítica (incluído yo) la aclamaron como una de las películas más emocionantes de los últimos 12 meses. Mientras tanto, hubo otros indicadores de que el nivel de fama de Pattinson podría estar volviendo a los niveles de Twilight.
"Literalmente comencé este año sin trabajo", dice, refiriéndose a 2019. "Recuerdo que mi agente dijo:" No estás realmente en la lista de nadie. Las películas tienen buenas críticas, pero no son grandes éxitos". Y entonces, una semana después, recibí otra llamada de la nada:"¿Querés estar en una película de Chris Nolan?" ¿Cómo sucedió eso?"
Además de aparecer en el thriller de Christopher Nolan, Tenet, que se estrena en julio, Pattinson está agarrando el traje de murciélago que dejó Ben Affleck para protagonizar The Batman de Matt Reeves. Pero sostiene que no se está hundiendo en la corriente principal de Hollywood. Nolan, argumenta, es un autor independiente que tiene presupuestos colosales a su disposición, y Batman es uno de los personajes "locos y perversos" que suele interpretar. "De todos los grandes roles que conocía en ese tipo de ámbito", reflexiona, "había simplemente algo sobre éste".
Tal vez Pattinson pueda enseñarnos a todos una lección sobre tener el coraje de nuestras convicciones. Al apegarse a su propio gusto de nicho en las películas, se convierte en uno de los salvadores del cine arthouse, y sin embargo, coquetea con los blockbusters y también es el salvador de Gotham City. ¿Quién más tiene una carrera como la suya? La única que se me viene a la mente, por extraño que parezca, es la co-star en Twilight y ex novia de Pattinson, Kristen Stewart. Sonríe tanto ante esta comparación que sus ojos se arrugan y desaparecen. "Eso es porque nadie se dio cuenta de que Twilight era una película arthouse. Es parte de lo mismo. En unos años, la gente se dará cuenta de repente: ¡ah, era una arthouse! ¡Me lo perdí por completo!".
Fuente | Traducción allyouneedisrob