
Al hacer su nueva pelicula, el director de The Rover, David Michod tal vez pudo haber descubierto la unica locacion en la tierra donde Robert Pattinson no es seguido por un monton de paparazzi. La pelicula poeticamente dispersa, se estrena a nivel nacional este Viernes, toma lugar en un lugar desolado 10 años en el futuro despues de un colapso de la sociedad, y revela que es lo que puede pasar si los humanos se ven obligados a sobrevivir por cualquier medio necesario. Para crear ese mundo , Michod tomo a Pattinson y a su co-estrella Guy Pearce en la cordillera de Flinders en el desierto australiano, un area que esta a varias horas al norte de Adelaide
con algunos caminos y poca gente. El reparto y el equipo paso 8 semanas de rodaje a principios del 2013, moviendose en varias locaciones por el desiento, incluyendo el pueblo de Marree, la cual tiene una poblacion de 90 habitantes.
“ No tenia idea de cuan remoto iba a estar el lugar,” Pattinson le dice a TIME. “Hay una gran cultura de paparazzi en Australia. Asi que estaba esperando mas de eso. Recuerdo cuando se estaba haciendo el contrato y estaba pensando "si vamos a filmar en exteriores todo el tiempo, habra toneladas de personas alrededor. Va a ser horrible. Voy a estar interpretando este papel y todo mundo va a pensar que soy raro.’”
“Para Rob, filmar en una ciudad como aqui o Londres es filmar en un lugar con cientos de personas acechando el set de filmacion,” Pearce añade. “Imaginate que tu ambiente de trabajo fuera asi todo el tiempo. Asi que no es sorpresa que Rob pensara que iba a ser horrible. Pero no fue asi. Habia como una persona y el equipo lo detuvo. Una lastima que un fotografo se las arreglo para saber donde estabamos.”
El ambiente era muy caliente, con mucho polvo que se presto para la narrativa sombria de la pelicula, que sigue a un hombre degradado llamado Eric (Pearce) quien se encuenbtra a un simplon hombre joven llamado Rey (Pattinson) y lo usa para encontrar su auto robado. En una premisa minima que muestra la aspereza de este mundo futuro, dando asi un ensamble sutil pero fuerte al final. Para los actores, el paisaje ayudo a canalizar la naturaleza visceral de la historia. “Sabes que vas a estar ahi cuando lees el guion y estas consciente que eso es un aspecto importante de toda la pieza,” Pearce dice. “Casi puedes escuchar tu propio corazon larir y puedes escucharte a ti mismo respirar. Esa sensacion de que posiblemente te dejen por ahi para valerte por ti mismo es muy palpable.”