Con dos peliculas en la seleccion oficial de Cannes, el actor maneja serenamente la etapa "post-Twilight."
En una terraza del Palais des Festivals barrida por el viento, un hombre con la cabeza metida entre sus hombros, tira de su cigarrillo. Un guardaespaldas parado a pocos metros de él. El fumador anónimo es Robert Pattinson. Con dos peliculas en la selección oficial, Maps To The Stars, de David Cronenberg, y The Rover, de David Michôd, el actor fue una de las atracciones en Cannes. Cuando llegamos a nuestra rendez-vous en la Croisette, él no parecía estar en forma. El día anterior, él estuvo haciendo la clausura del Silencio, el club parisino reubicado en Cannes durante el festival. El se desperto diez minutos antes de sus citas con la prensa.
Él está cansado y espontáneo, dispuesto a hablar de estos dos cineastas quienes quienes ayudaron a enterrar al vampiro sexy. El héroe de la Saga Twilight paga primero su deuda con el Canadiense Cronenberg. Como en Cosmopolis, en 2012, Pattinson está de regreso en una limusina en Maps to the Stars, pero esta vez detrás del volante. "Es personaje secundario, pero le dije sí, incluso antes de leer el guión. Haría cualquier cosa con este hombre." Su personaje es un conductor de limusina en Hollywood que se presenta como un "actor - escritor." "Yo solía decir eso al comienzo, pero no mas", bromea el británico que se mudó a Los Ángeles hace varios años. "Extrañaba Londres, al comienzo, pero la mayoría de mis amigos se fueron y Los Ángeles es una ciudad hermosa y dinámica. Y al mismo tiempo, muy rara. Todo depende de las personas con las que salgas ..."






