La película post-apocalíptica de David Michôd se encuentra en una Australia llena de brutalidad, en la que la gente ha comenzado a matarse entre sí por los escasos recursos y desprecios personales. No es un lugar para las señales musicales optimistas, por lo que hay algo particularmente shockeante sobre el momento en que el Eric brusco (Guy Pearce) y su rehén convertido en ayudante Rey (Robert Pattinson) se abren paso por el terreno áspero a los sonidos brillantes de "Pretty Girl Rock." de Keri Hilson. Mejor aún es la escena de Rey solo en un auto, sin rumbo cantando junto a los ruegos de Hilson que la gente no la odie porque ella es hermosa. La civilización se puede morir, pero algunas canciones, como cucarachas, aparentemente vivirán por siempre.
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